Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Cornell, en Nueva York y de la Universidad de Hong Kong entre parejas de larga distancia y parejas que viven cerca arrojaron resultados sorprendentes: aunque las parejas de larga distancia reportaron menos interacciones durante el día, indicaron que sienten más intimidad en su relación. Las parejas de larga distancia además de relatarse más detalles sobre su vida, también idealizan el comportamiento de su pareja.
"La distancia favorece la idealización por lo que al principio es normal que la 'magia' aumente, pero luego se va normalizando. Es importante recurrir a la calidez, creatividad, simpatía, sentido del humor, diálogo, optimismo y escuchar e interesarse por el otro con dedicación -sus deseos, angustias y expectativas, revela Cruppi. Hoy por hoy, las parejas cuentan con una serie de recursos virtuales para renovar sus encuentros.
Cruppi agrega: "Cuando se dan los encuentros reales, tratan de que estos tengan mayor calidad, tratando de disfrutarlos al máximo, dando lo mejor de cada uno y evitando discusiones innecesarias".
Arma de doble filo
Entonces estar separado por la distancia puede resultar una conexión más íntima con la pareja, al contrario de lo que dice el sentido común. Pero a la vez poder conectarse con la pareja a cada rato introduce otros problemas.
La tendencia de hoy a anunciar acontecimientos y hechos del día a través de SMS, Facebook, Twitter, e Instagram entre otros, vacía muchas veces de contenido el momento real de la charla
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